La Protección del Señor

La guía y el amparo divino en medio de la adversidad

Escucha, oh Señor, mis palabras piadosas,
Considera mi gemir en noches silenciosas.
Atiende la voz de mi clamor sincero,
Rey mío y Dios mío, a Ti me allego.

De mañana oirás mi voz elevada,
A Ti me presentaré y esperaré confiada.
Porque no eres Dios que se complace en maldad,
El mal no mora junto a Tu santidad.

No estarán los insensatos delante de Tus ojos,
Aborreces a los que obran con engaños.
Destruyes a los que hablan falsedades,
Al hombre sanguinario detestas y evades.

Mas yo entraré en Tu casa con reverencia,
Por la multitud de Tu misericordia inmensa.
En Tu santo templo Te adoraré,
En Tu justicia, Señor, me guiarás por fe.

Enemigos muchos hay que me acechan,
Sus bocas son tumbas abiertas, llenas de traición.
Su lengua es adulación sin sentido,
Condénalos, oh Dios, por su rebelión desmedida.

Que se alegren todos los que en Ti confían,
Para siempre canten de alegría y dicha.
Tú los defiendes con amor entrañable,
Y se regocijan los que aman Tu nombre admirable.

Porque Tú bendices al justo con favor infinito,
Como un escudo lo rodeas con amor divino.
Señor, mi guía y mi salvación eterna,
En Ti confío con devoción sincera.

Oh salmo quinto, cántico de protección,
Tus palabras son paz para el corazón.
Tu voz resuena en mi ser como eco fiel,
Confiar en el Señor es mi mayor placer.

Tus enseñanzas son luz en mi camino,
Tu misericordia es refugio divino.
A Ti clamo en mis horas de angustia,
Tú me sostienes con tu gracia justa.

Cada mañana mis oraciones te ofrezco,
En ti espero confiado y agradecido.
Eres Dios de justicia, rey poderoso,
Tus promesas son escudo glorioso.

Oh Señor, guíame en tu justicia siempre,
Contra mis enemigos, sé mi defensa fuerte.
Llena mi corazón de tu bondad eterna,
En tus caminos hallar paz serena.

Los que te aman hallarán gran regocijo,
Cantarán tus alabanzas con voces al unísono.
Bendito eres, oh Dios omnipotente,
Protector fiel del alma creyente.

Salmo quinto, himno de esperanza pura,
Tu mensaje es claro y lleno de dulzura.
La protección del Señor es nuestro baluarte,
En su amor viviremos por siempre aparte.

Inspirado en el Salmo 5

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