La distancia entre los Pasos de Jesús y nuestra Realidad

La distancia entre los Pasos de Jesús y nuestra Realidad

Jun 07, 2023

Introducción:

En nuestra búsqueda por seguir los pasos de Jesús, nos enfrentamos a un desafío constante: la distancia entre sus enseñanzas y nuestra realidad cotidiana. Aunque deseamos vivir de acuerdo con los principios y valores que Jesús nos enseñó, a menudo nos encontramos con nuestras propias limitaciones y las tensiones de la vida diaria. En este artículo, exploraremos cómo estas discrepancias se manifiestan y cómo podemos abordarlas.

El desafío del amor incondicional:

Jesús nos enseñó a amar a nuestros semejantes sin condiciones, pero en nuestra vida diaria, tendemos a juzgar y discriminar. Nos resulta difícil aceptar a aquellos que son diferentes a nosotros y perdonar y reconciliarnos con aquellos que nos han lastimado. La brecha entre el amor incondicional de Jesús y nuestra realidad se hace evidente en nuestras interacciones diarias.


La lucha contra la materialidad:

Jesús nos invitó a desapegarnos de las posesiones materiales y buscar tesoros en el reino de Dios. Sin embargo, vivimos en una sociedad consumista que valora la acumulación de bienes y el éxito material. Nos encontramos atrapados en la búsqueda de riquezas y comodidades, alejándonos de la sencillez y la generosidad que Jesús nos mostró.


El reto de la humildad y el servicio:

Jesús nos enseñó a ser humildes y servir a los demás, pero a menudo buscamos destacarnos y ser reconocidos. Nos preocupamos por nuestro prestigio y nuestro estatus social, en lugar de poner nuestros dones y talentos al servicio de los demás. La distancia entre la humildad y el servicio de Jesús y nuestra realidad egoísta es evidente en nuestras actitudes y acciones.


La tentación de la indiferencia:

Jesús se preocupó profundamente por los marginados y los necesitados, pero a menudo nos volvemos insensibles ante su sufrimiento. Nos acostumbramos a la injusticia y nos mantenemos al margen de los problemas sociales, olvidando que Jesús nos llamó a ser agentes de cambio y a defender a los más vulnerables. La distancia entre la compasión de Jesús y nuestra realidad indiferente es un desafío que debemos enfrentar.


La lucha contra el egoísmo y la envidia:

Jesús nos llamó a amar al prójimo como a nosotros mismos, pero a menudo nos dejamos llevar por el egoísmo y la envidia. Nos centramos en nuestras propias necesidades y deseos, descuidando el bienestar de los demás. La distancia entre el amor al prójimo de Jesús y nuestra realidad egoísta nos desafía a examinar nuestras actitudes y buscar el bien común.


El desafío de la fe y la confianza:

Jesús nos llamó a confiar en Dios y caminar por fe, pero a menudo nos dejamos llevar por la duda y el miedo. Nos aferramos al control y resistimos entregarnos completamente a la voluntad de Dios. La distancia entre la fe confiada de Jesús y nuestra realidad temerosa es una batalla constante que debemos enfrentar.


Enfrentando las tensiones entre hermanos:

Jesús nos enseñó a amarnos los unos a los otros y vivir en armonía, pero a menudo nos encontramos envueltos en disputas y conflictos entre hermanos. Nos dejamos llevar por el orgullo y la falta de perdón, olvidando que Jesús nos llamó a buscar la reconciliación y la unidad en su nombre. La distancia entre la paz que Jesús nos ofrece y nuestras tensiones internas es un desafío que debemos abordar con humildad y comprensión.


Conclusión:

La distancia entre los pasos de Jesús y nuestra realidad cotidiana puede parecer abrumadora, pero no debemos desanimarnos. Jesús nos ofrece su gracia y fortaleza para enfrentar estos desafíos. Al reconocer nuestras limitaciones y buscar una relación íntima con él, podemos acercarnos cada vez más a vivir de acuerdo con sus enseñanzas. Que nuestro anhelo por seguir los pasos de Jesús sea un constante recordatorio de la necesidad de transformación en nuestra realidad cotidiana.