La Confianza en el Señor
El clamor por misericordia y la certeza del amparo divino
No me reprendas, oh Señor, en tu enojo,
Ni me castigues con tu ira cual fuego.
Ten misericordia de mí, oh Dios clemente,
Porque me siento débil y mi alma doliente.
Sana, Señor, mis huesos quebrantados,
Mi alma está muy turbada y quebrantada.
Oh Señor, ¿hasta cuándo te apartarás?
Vuelve a mí y mi alma salvarás.
Líbrame por tu misericordia inmensa,
Porque en la muerte no hay memoria de Tu grandeza.
¿Quién te alabará desde el sepulcro profundo?
En vida exalto Tu nombre, en adoración me fundo.
Cansado estoy de gemir cada noche,
Riego mi lecho con lágrimas que brotan sin derroche.
Mis ojos se consumen de dolor y pena,
Debido a todos mis adversarios sin condena.
Apartaos de mí, malhechores crueles,
Porque el Señor ha escuchado mis súplicas fieles.
El Señor ha oído mi ruego sentido,
El Señor aceptará mi oración con oídos abiertos.
Serán avergonzados todos mis enemigos,
Serán confundidos y humillados contigo.
Se volverán y serán avergonzados de repente,
Porque en Ti confío y hallo paz ferviente.
Oh salmo sexto, canto de angustia y esperanza,
Tus versos resuenan con gracia en alabanza.
Clamaré al Señor en días de prueba,
Su misericordia y amor serán mi entrega.
Tus palabras son consuelo en la tormenta,
Refugio seguro para el alma que lamenta.
En Ti encuentro paz y fortaleza eterna,
Eres mi roca firme, mi seguridad plena.
Señor, escucha mi ruego humilde,
Ten piedad de mí, mi fe no titubea.
Tus promesas son bálsamo que sana heridas,
En Tu amor hallo vida nueva y encendida.
Mis lágrimas riegue en noches de angustia,
Pero Tu luz brillante disipa las tinieblas.
Tú eres Dios justo, compasivo y fiel,
En Tu amor encuentro consuelo sin fin cruel.
Cada suspiro mío es una oración elevada,
Tú escuchas mi clamor con bondad inmaculada.
Señor, gracias por Tu misericordia constante,
En Ti confío plenamente cada instante.
Oh salmo sexto, himno de dolor y fe viva,
Tus enseñanzas son faro en noches frías.
El Señor es escudo que nunca falla,
En Su amor hallaremos siempre esperanza.
Los adversarios serán derrotados sin duda,
Porque el Señor escucha nuestras súplicas agudas.
Se alegrará el corazón que confía en Su nombre,
Su amor y justicia resplandecerán como gran sol.
Inspirado en el Salmo 6
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